Ya he comentado que Antonio Millán Miralles procedía de Madrid, habitando Albacete después de haber ganado unas oposiciones del Ministerio de Agricultura, de una visita suya al piso de Ignacio Aldecoa procede la siguiente anécdota. Encontraron los visitantes, pues no iba solo, un atril con un librote encima, el librote descubrieron que era un diccionario de la Real, Ignacio Aldecoa les explico que cada mañana abría el diccionario al azar y que leía las dos páginas que quedaban al descubierto. Manera, les dijo, de ir adquiriendo vocabulario.
Escuchas sin querer la mesa de al lado y oyes que la memoria de otros es la programación antigua de la televisión.
Excelente idea y manera de empezar el día, aprendiendo...
ResponderEliminarSaludos¡¡