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MIS ENCUENTROS CON JULIÁN MARÍAS de Domingo Henares

En la filiación intelectual es el hijo el que reconoce al padre, lo afirma Julián Marías, uno de los mas importantes discípulos de Ortega y Gasset que, al igual que Hegel, dejo una izquierda y una derecha orteguiana, divididas aún por dos: el exilio y el interior de España.
Manuel García Morente: “La obra de Ortega y Gasset significa nada menos que la incorporación del pensamiento español a la universalidad de la cultura”.
Domingo Henares ha publicado como discípulo: MIS ENCUENTROS CON JULIÁN MARÍAS.

Nada humano se entiende más que contando una historia Julián Marías

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DOMINGO HENARES

Domingo Henares - Nació en Puente de Génave (Jaén, 1937) y reside en Albacete. - Lector de español en el liceo Henri IV de París y en el Centro Pedagógico Regional de Toulouse. - Miembro fundador y de número del Instituto de Estudios Albacetenses. - Profesor Tutor del Centro Asociado de la UNED en Albacete. - Catedrático numerario de Bachillerato de Filosofía, jubilado. - Doctor en Filosofía. - Colaborador semanal en las páginas de opinión del diario La Verdad de Murcia (edición de Albacete) hasta su extinción. - Colaborador semanal en las páginas de opinión del diario La Tribuna de Albacete. Publicaciones: - Si Don Quijote volviera. Narración. Impr. González, Albacete, 1969. - Los días. Selección de artículos publicados en La Voz de Albacete, Impr. del mismo diario, 1973. - El Bachiller Sabuco en la Filosofía médica del Renacimiento español. Memoria de Licenciatura. Impr. Panadero, Albacete, 1976. - Palabra y tiempo de Manuel Alcántara. Ensayo. Impr. J. G.

PALABREJAS DE LA TIERRA

Por Martín Giménez Vecina. Quizá sea una de las cuestiones de nuestro tiempo: la gramática. El estudio de la misma siempre fue un punto crítico, trascendental, respecto a la ortodoxia del lenguaje, un elemento de enseñanza y posterior conocimiento, que era importantísimo a la hora de un sinfín de cuestiones para situarse en los más variados empleos. Y dentro de la misma, el vocabulario. Ese precioso cofre donde se guarda la inmensa riqueza y fortuna del lenguaje. Siempre que he leído, he tenido junto a mí un buen diccionario de la Lengua Española. Y si alguna vez, por circunstancias imprevisibles no lo he tenido, todo aquel vocablo que no lo conocía en profundidad lo anotaba para posterior investigación del mismo y comprensión. Obvio es decir que, esos vocablos que pertenecen a la etnia de nuestras regiones, de nuestros pueblos, de nuestra ancestral cultura, han constituido siempre plato apetecido. Y con el permiso de vosotros, quiero ir analizando, -de vez en cuando-, esa “pal