Me negaré al olvido
(Recuerdo otro viernes santo
hace tal vez dieciséis años)
por siempre y para siempre.
Y no faltará quien murmure
por las esquinas
que sigo estando loca.
Que escarbo en las raíces de la lluvia
gotas ajenas.
Que los libros se leen hacia delante
y que quedan atrás
páginas muertas.
Pero en tanto conserve
las imágenes vivas,
aquellas voces,
y los escalofríos
de los días perdidos...
Me sigo negando
al tiro en la sien, al fundido en negro.
Por siempre y para siempre.
Gracias por esta sorpresa tan agradable.
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